Como todos ustedes ya han de saber, queridos lectores, nuestro sello editorial tiene una colección dedicada a los asuntos del desarrollo personal en el cual se exploran temas como la inteligencia emocional, la resiliencia, creatividad,  sexualidad, liderazgo, autoestima, entre otras muchas vertientes del aspecto humano. Esta temática sin duda alguna ha ido tomando fuerza en la actualidad gracias a que nos hemos percatado, como sociedad, de la importancia que tienen dichas cuestiones para nuestra evolución como individuos equilibrados, felices e incluso productivos.

   La interrogante se sostiene entonces en el enredo que supone el vínculo entre superación personal, autoayuda y desarrollo personal. Sin embargo, estos conceptos no son más que una rebanadita de todo el pastel, pues la autoayuda y la superación personal sólo son métodos o técnicas dentro del gran paradigma del Desarrollo Personal. Ya que el término autoayuda se toma de una corriente de psicología positivista que propone hacerse responsable de uno mismo y de su propia vida en cuestión física y mental. Mientras que la superación personal se orientaría en mejorar aspectos interiores como la espiritualidad o nuestros patrones inconscientes; en tanto el Desarrollo Personal es un modelo, un proceso de evolución y autoconocimiento en donde el individuo es capaz de aumentar sus herramientas internas y recursos personales para aplicarlos en el total de su vida por ser un proceso de transformación y mejora de talentos, capacidades y/o virtudes de uno mismo.

   Aclarando estos tópicos, veremos entonces que los métodos del Desarrollo Personal están orientados a la adquisición de herramientas y recursos personales para el perfeccionamiento de nuestras capacidades psicoemocionales o sociales que como individuos precisamos con el objetivo de alcanzar metas o simplemente para nuestro crecimiento interno.

   Entre las técnicas o métodos que se involucran dentro del Desarrollo Personal y que se abordan actualmente para auxiliarnos en nuestro crecimiento encontramos, por ejemplo, la Programación Neurolingüística (PNL) que es una estrategia creada por los psicólogos Richard Bandler y John Grinder en California, Estados Unidos, en la década de 1970  y consiste en generar una serie de hábitos, acciones e incluso patrones de conducta  encaminados a reprogramar el tipo de pensamientos que generalmente nos impiden salir adelante. Aunque tiene muchos detractores se ha popularizado como un método alternativo del desarrollo personal.

   Otra de las muchas opciones populares es el Coaching, que a pesar de que ha tenido varios tropiezos, en nuestro país al menos, se mantiene dentro de las corrientes más socorridas. Consiste en acompañar, enseñar y entrenar a una persona para conseguir mejorar en cierto aspecto de su vida, especialmente desarrollando habilidades, competencias o consiguiendo metas concretas.

   Igualmente existe el llamado Análisis Transaccional, sistema de psicoterapia individual y grupal de carácter humanista desarrollado por el psiquiatra Eric Berne (1910-1970) cuya aplicación práctica la encontramos tanto en la psicoterapia clínica, el desarrollo personal, la educación y el ámbito empresarial.

   Como podemos observar, métodos o técnicas de desarrollo personal existen multitudes, sin embargo la tarea consiste, primero en la determinación de cambio o autoconocimiento, para, segundo, ir en busca de la opción correcta para cada uno de nosotros.

   Consideremos esta pequeña exposición como un acercamiento a este paradigma de la actualidad que tiene muchas cosas que ofrecer, pero como dicen sus grandes formadores, siempre hay que comprobarlo personalmente antes de negarlo o predicarlo. En tanto, las posibilidades son infinitas en este sentido, siempre que naveguemos con la bandera de la curiosidad al frente de nuestro barco.