Saltar al contenido
Portada » El verdadero valor del proceso creativo (II)

El verdadero valor del proceso creativo (II)

Creatividad

Viene de…

Para el desarrollo de nuestro proceso creativo, hay que poner atención a lo siguiente, ya que de no aplicarlo podría significar la evaporación inevitable de muchas posibles creaciones o soluciones.

3. Anotar nuestras ideas

   Está más que demostrado que tener una libreta para anotar todas aquellas ocurrencias, ideas o pensamientos que se tienen durante el día, mejora consecuentemente nuestra productividad. No se diga si de creatividad se trata. Las ideas anotadas en dicha libreta, producto de nuestro interese en llevar a cabo un determinado proyecto, son por sí mismas la materia prima para obtener nuevas alternativas en el tema de que se trate; al contrario de no anotarlas, puesto que si las dejamos marcharse al aire, sin más y sin darles la oportunidad de florecer, nos será muy complicado desarrollar proyectos interesantes y originales.  Por lo demás, no debemos olvidar que esa materia prima que tenemos a nuestra disposición, en forma de ideas repentinas o novedosas, viene de esas etapas previas en que nos dimos a la tarea de empaparnos con nueva información, movidos por nuestra curiosidad.

4. Construir tu santuario

I.

   Construir un santuario es tan simple o tan complicado como nos plazca. Podemos buscar una pequeña esquina y acomodar algún tipo de escritorio; colocar un montón de enseres que nos muevan a sentirnos más dispuestos a crear, como imágenes, juguetillos, inciensos, colores, una planta, etc. hasta buscarnos y decorar una habitación entera destinada sólo para nuestro proceso creativo, donde nadie pueda interrumpirnos por un buen rato o donde podamos refugiarnos de la seria realidad, para soñar.

II.

Contextualicemos: un santuario es un templo destinado a venerar un ícono sagrado o de especial devoción, mediante actos rituales. Y ¿qué es un rito? Se preguntarán. Según indica Pierre Mariel (1974) en el libro Rituales e iniciaciones en las sociedades secretas: “El rito es una acción que se repite según unas reglas invariables”. En nuestro caso, el caso creativo, será un rito iniciático que marcará el tránsito de un estado convergente a un estado divergente. Por tanto dentro de nuestro santuario, estaremos predispuestos a actuar de manera ritualizada, es decir, crearemos una serie de acciones que logren acercarnos, en este caso, a nuestra creatividad.

A partir de la referencia anterior, se establece que cada persona, de manera individual, establecerá o deducirá sus propios rituales creativos pero ahora de manera consciente. Por ello, nuestro santuario estará destinado a eso, a las acciones que nos conecten con nuestro pensamiento divergente.

III.

En primer lugar, necesitamos crear ritos propios para salir de nuestra zona de confort. Ese lugar cómodo dónde tenemos ancladas las rutinas cotidianas y no asumimos ningún tipo de riesgo o conducta arriesgada. Esa zona en que estamos en cero: Cero movimiento, cero riesgos, cero creatividad. Incluso cero miedos, pues la zona de confort nos protege de sentir miedo.

Entonces, el primer elemento que habrá de estar presente en nuestro santuario es el rito para salir de la zona cero; tal vez escuchar un poco de música, jugar, disfrutar un chocolate… La consecuencia esperada de tales actos será toparnos de frente con el segundo elemento que interviene en nuestro ritual, y es la disposición anímica para crear: ¡Bienvenidos a la siguiente zona! Acomódense y déjense llevar; quizás nos pueda embestir el pánico, respiren hondo, no le presten atención. Sigan adelante, jueguen. Sean libres, porque ahora sólo el tiempo es nuestro aliado.

2 de 4

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *