Es innegable el poder avasallador que poseen los medios de comunicación global sobre la población, cuantimás si dirigimos nuestra atención a varios grupos de música pop creados exclusivamente para deleite de la adolescencia mundial. Caso concreto de BTS o EXO, grupos que han catapultado a Corea en el radar de las nuevas generaciones. Sin embargo, existen expresiones culturales de Corea (norte y sur) que aun con este “monstruo digital” llamado web, no logran ser apreciadas desde su esencial belleza y sabiduría. Valga la alusión a la poesía coreana como verdadero tesoro de esta cultura, y más específicamente del shijo coreano, reflejo de una tradición ancestral orientada en la naturaleza, el tao, el budismo o el confusionismo.
El poeta Raúl Bañuelos (1991) diserta sobre ésta en una ovación de cualidades nada impostadas:
Parece una redundancia; no lo es: la poesía coreana es fruto de la contemplación. Mejor dicho: de la contemplación (…) Los poetas coreanos dibujan en el aire la figura instantánea de sus mejores intenciones y deseos (…) Esta poesía coreana es arco-iris que une este extremo del mundo con su otro extremo de una manera inmediata. Basta ver para creerlo y comprobarlo. Del propio manantial aparecen al agua. Del mismo sol nombran un rayo de luz. Y de la mera vida ofrecen rebanadas múltiples, tal fruto que decíamos al principio.
A continuación una brevísima infografía sobre esta maravillosa creación poética.